En la oscura madrugada, en la ciudad de Santiago de Chile, un joven se preparaba para enfrentar una noche Con apenas dos meses de experiencia tras haberse graduado de la universidad, Marcelo estaba ansioso por demostrar su valía en un campo que aún exploraba. Acompañado por su pasión por los cigarrillos y la soledad. esa noche iba mucho más allá de lo que podría haber imaginado.
Sombras en la Morgue: La Noche Paranormal de Marcelo
Marcelo, un forense de 29 años recién egresado de la universidad, se encontraba trabajando en su jorada nocturna, en la morgue de la ciudad de Santiago de Chile en la madrugada del 26 de septiembre de 1989. Con solo dos meses de experiencia en su nuevo trabajo, se sentía emocionado y un tanto nervioso por las responsabilidades que enfrentaba, pero también ansioso por demostrar su valía en el campo de la medicina forense.
La noche era oscura y tranquila, y la morgue estaba iluminada solo por la tenue luz de las lámparas. Marcelo había estado ocupado durante horas realizando autopsias y exámenes externos a los cuerpos que habían llegado ese día. Su afición por el cigarrillo era su compañía en estos momentos solitarios, y cada tanto se permitía un breve descanso para fumar y calmar sus nervios.
Era alrededor de la 1 de la madrugada cuando Marcelo comenzó a sentir una extraña sensación, como si alguien lo estuviera observando. Intentó descartar la idea, atribuyéndola al cansancio y a la atmósfera peculiar de la morgue en la noche. Sin embargo, a medida que avanzaba en su trabajo, esa sensación se intensificaba y comenzó a sentir un escalofrío que le recorría la espalda.
Mientras realizaba una autopsia, Marcelo notó que las luces empezaron a parpadear de manera intermitente. Trató de ignorarlo y continuar con su tarea, pero entonces escuchó un débil susurro que parecía provenir de alguna parte de la morgue. Puso atención, tratando de identificar el origen del sonido, pero todo estaba en silencio nuevamente.
Decidió tomar un descanso y salir al pasillo para fumar un cigarrillo y calmarse. Mientras inhalaba el humo, notó que una figura se movía en la penumbra al final del pasillo. Se quedó paralizado por un momento, observando con atención. La figura parecía ser una sombra, sin rasgos definidos, pero parecía tener una forma humanoide.
Marcelo sintió un nudo en el estómago y una oleada de miedo lo invadió. Dudando si su mente le estaba jugando una mala pasada, decidió acercarse lentamente a la figura. A medida que se acercaba, la sombra parecía desvanecerse, como si se estuviera deslizando hacia atrás. Marcelo sintió que su corazón latía con fuerza y decidió seguir avanzando.
Cuando finalmente llegó al lugar donde había visto la sombra, no había nada allí. Solo una sensación de frío y una inexplicable sensación de presencia. Marcelo se estremeció y retrocedió rápidamente, sin entender lo que estaba sucediendo. Decidió regresar a su mesa de trabajo, donde la autopsia incompleta esperaba.
A medida que la noche avanz